Hace mas de un año que no me corto el cabello.
Ni siquiera un recorte ni un emparejamiento.
Ni siquiera las puntas o la renovación del estilo.
Nada. No me corto el cabello.
En mi última visita a la estilista tuve la mala fortuna de caer en manos de una mujer que hizo lo que se le cantó con mi cabellera, mis opciones y opiniones:
- Le dije que me corte hasta aquí. .. y me corto hasta mucho mas allá.
- Le expliqué que quería el largo por el hombro. Y me descubrí con un corte carré que apenas llegaba al mentón.
- Le recomendé que dejara mi flequillo largo y en paz. Sus tijeras moldearon un fleco rebelde por arriba (ARRIBA!) de las cejas.
- Pedí con capas. Me lo hizo rebajado.
Me permití enojarme. Y lo hice. Y mucho... rabié y patalee. Le dije muchas cosas poco gratas a la estilista que había tomado de rehén a mi lindo pelo. Ella se disculpó y terminó mi arranque explicándome que el pelo crece, que en menos de un mes el corte se iba a moldear a mi gusto (que respuesta impresentable, verdad?).
Pasó mucho tiempo y el cabello no se moldeada, entonces tomé la (¿sana?) decisión de dejármelo largo, bien larrrrrgo hasta que me volviese a amigar con la idea de volver a pisar otra peluquería.
Al cabo de todo este tiempo aún no se si el cabello se moldeó, pero que creció es un hecho factible, un hecho que me muestra que jamas tuve el pelo tan largo como ahora, un hecho que me delata que todavía sigo enojada y que aún no quiero visitar ninguna peluquería mas.
Veré hasta dónde me llevara el enojo. El mismo se verá reflejado en el largo.... larrrgo cabello que por ahora poseo.
Rencor, yo? Naaaah.